jueves, 12 de mayo de 2011

Soledad



¿Como podríamos definir la soledad?

Un hecho, una actividad, un sentimiento, una necesidad, una realidad...

Pensemos en un cubo metálico formado por 4 paredes lisas donde la luz no puede penetrar, ahora imaginémonos dentro, sentados con la cabeza sumergida entre los brazos y las piernas. La luz no puede entrar, el sonido es el silencio. El cubo da vueltas y no podemos movernos ni huir de él.

¿Cómo estaríamos si pasase el tiempo, eterno e infinito, dentro del cubo?

Ahora demos a ese cubo una forma mas compleja. Imaginemos que el cubo ahora es una cuerpo celeste, un planeta, la Tierra. Las paredes son la tierra que pisamos, el aire que respiramos, el mar que nos moja y la gente con la que interactuamos.

El silencio son los gritos de nuestra mente intentando explicarnos la auténtica realidad, la escasez de luz se traduce a nuestra capacidad sensible.

Si somos capaces de verlo así, sabemos lo que es realmente la Soledad.


Damos vueltas en un mundo que no podemos comprender.


Nuestra realidad es una mentira, todo lo que percibimos es una mera interpretación de lo que la mente quiere para nosotros, un mundo comprensible y acompañado. Por eso cada uno de nosotros ve las cosas de diferente forma, las personas viven realidades distintas, entendibles para ellos mismos, ajenas para el resto del mundo.

Por eso todos estamos solos.

Somos los dioses de nuestras fantasías. Deidades poderosas pero solitarias y con un gran defecto, la necesidad de disminuir su poder para fusionarnos con las realidades de aquellos que creemos apreciar, porque pensamos que son iguales a nosotros, porque creemos que viven en la misma realidad que nosotros...

Lo único que demuestra nuestra fobia a la soledad son los sentimientos, afloran con su auténtica forma cuando tu concepción de la realidad sufre una brecha. Por eso nos comportamos de forma extraña cuando nos invaden sentimientos que no podemos definir, es la interpretación de las emociones que reaccionan a una realidad externa que le dimos permiso para que nos invadiera.

Somos dueños de nuestra propia soledad porque la comprendemos mejor que nadie. Instintivamente la defenderemos de cualquier intrusión extrínseca, aunque queramos luchar contra nosotros mismos, aunque no nos demos cuenta...

Desde que nacemos estamos solos, cuando crecemos podemos interactuar con nuestra soledad en el mundo sensible, cuando envejecemos aceptamos la soledad en su totalidad, cuando morimos nos convertimos en su esencia.


Fusionate con tu Soledad y serás el sueño absoluto de tu vida.





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